El yogur bĂșlgaro y una vida longeva
- Luis Vera-Tudela
- 3 ene
- 5 Min. de lectura
Actualizado: 6 ene
El yogur (ĐșĐžŃĐ”Đ»ĐŸ ĐŒĐ»ŃĐșĐŸ en bĂșlgaro) es una parte infaltable de la cocina bĂșlgara, y para muchos, una fuente de la juventud y de una larga vida. Como en tantas otras cosas que cuento por aquĂ, la tradiciĂłn del yogur en Bulgaria se remonta a los tracios, quienes conocĂan que la leche almacenada en recipientes de piel de animal fermentaba de manera natural, transformĂĄndose en un alimento ĂĄcido y cremoso.
Si consumes yogur o productos derivados, puedes revisar si entre sus ingredientes estĂĄ la bacteria Lactobacillus bulgaricus. De ser asĂ, tienes un derivado del yogur bĂșlgaro, el que ya tiene una denominaciĂłn de origen protegida. Esto es muy poco conocido en AmĂ©rica del sur, donde asociamos el yogur a las variaciones con fruta y azĂșcar que se comercializan. En Europa se consume mĂĄs el yogur natural, pero se le asocia con la versiĂłn griega. En el caso de productos bebibles, el ayryan se puede encontrar en los supermercados, y es mĂĄs relacionado con la comida turca. Sin embargo, muchas de las marcas de yogur mĂĄs reconocidas utilizan cultivos iniciadores derivados del Lactobacillus bulgaricus.

El yogur griego es diferente pero suele ser mĂĄs conocido en el mundo, y suelo comprarlo cuando viajo. Yo lo relaciono con la posiciĂłn geopolĂtica que tenĂan ambos paĂses durante la guerra frĂa. El yogur bĂșlgaro tiene una textura mĂĄs ligera y menos cremosa que el griego, ya que no se somete al proceso de colado que elimina el suero y concentra las proteĂnas. AdemĂĄs, el sabor del yogur bĂșlgaro es mĂĄs ĂĄcido debido a la acciĂłn del Lactobacillus bulgaricus, mientras que el yogur griego es mĂĄs suave y menos agrio. En Bulgaria, el yogur se consume tanto dulce como salado, y mi mayor sorpresa fue probarlo en la famosa sopa frĂa de pepino "tarator" (ŃаŃаŃĐŸŃ en bĂșlgaro). Yo lo prefiero en el postre de yogur con miel (ĐșĐžŃĐ”Đ»ĐŸ ĐŒĐ»ŃĐșĐŸ Ń ĐŒĐ”ĐŽ en bĂșlgaro) y suelo agregarle nueces y moras o arĂĄndanos. En la gastronomĂa griega, el yogur es conocido principalmente por la salsa "tzatziki" o como ingrediente en postres.
En Bulgaria, el yogur no solo es un alimento cotidiano, es tan parte de la cultura que los locales ni se dan cuenta. Incluso tienen un museo dedicado al yogur. AsĂ que siempre uno puede romper el hielo preguntando por un lugar donde conseguir uno bueno. A pesar de mis dudas al principio, por la diferencia de sabor a la que estaba acostumbrado, desde hace varios años no puede faltar en mi refrigerador, ni en la mesa con cada comida. Cuando usamos el yogur como bebida, el ayryan, lo diluimos con agua y sin sal como suelen ser los que se venden en supermercados. Durante siglos, las familias bĂșlgaras lo han preparado en casa utilizando mĂ©todos tradicionales transmitidos de generaciĂłn en generaciĂłn. Si visitas un pueblo bĂșlgaro y comes yogur, probablemente consumes algo Ășnico, ya que su producciĂłn artesanal es una prĂĄctica comĂșn en zonas rurales.

Las propiedades saludables del yogur bĂșlgaro
Actualmente, su reputaciĂłn como un superalimento ha impulsado la popularidad del yogur bĂșlgaro en supermercados de todo el mundo. En JapĂłn, por ejemplo, el yogur bĂșlgaro es extremadamente popular y se comercializa como un producto premium asociado a la salud y el bienestar. Esta versiĂłn ganĂł notoriedad internacional a finales del siglo XX gracias a los estudios que vinculaban su consumo con la longevidad.
En Bulgaria se atribuye al yogur un papel fundamental para la alta tasa de centerarios que tiene su poblaciĂłn, gracias a sus efectos positivos sobre la salud intestinal y el sistema inmunolĂłgico. Algunas caracterĂsticas que lo hacen ser considerado un superalimento son:
El yogur contiene la bacteria Lactobacillus delbrueckii subsp. bulgaricus, que ayuda a mantener una microbiota intestinal equilibrada y mejora la digestiĂłn.
Los probóticos también contribuyen a fortalecer el sistema inmunológico, ayudando al cuerpo a combatir infecciones.
La concentraciĂłn alta de calcio y vitamina D es fundamental para la salud de los huesos y la prevenciĂłn de enfermedades como la osteoporosis.
Gracias a las bacterias que fermentan la leche, el yogur bĂșlgaro es mĂĄs fĂĄcil de digerir para personas con intolerancia a la lactosa.
Su alto contenido en proteĂnas y baja cantidad de calorĂas lo convierten en un aliado perfecto para quienes buscan mantener un peso saludable.
La versiĂłn bĂșlgara es muy buena para deportistas, segĂșn este vĂdeo de un especialista en nutriciĂłn.
En Europa y AmĂ©rica, el movimiento hacia una alimentaciĂłn mĂĄs saludable incrementa el interĂ©s en el yogur por sus beneficios probiĂłticos. En PerĂș se encuentra el yogur griego como especialidad premium, pero aĂșn no he visto la versiĂłn bĂșlgara en los supermercados. Para mi suerte, yo lo tengo en mi dieta, haciendo una fusiĂłn de comida mediterrĂĄnea y peruana. La comida sabrosa, si es saludable, mejor.
Cerca a los RĂłdopes, en Momchilovtsi (ĐĐŸĐŒŃĐžĐ»ĐŸĐČŃĐž en bĂșlgaro) estĂĄ una de las regiones con una gran cantidad de personas longevas. El uso del yogur en su dieta diaria se suele asociar a su larga vida. Abajo un documental de la Deutsche Welle sobre el pueblo de Momchilovtsi y su relaciĂłn con el yogur en inglĂ©s, y aquĂ una versiĂłn en español.
La historia del yogur bĂșlgaro
No existen muchos escritos que cuenten la historia exacta del yogur. Sin embargo, desde la antigĂŒedad han existido variaciones del mismo, y nos podemos referir a descripciones del historiador griego HerĂłdoto, segĂșn las cuales los escitas, unas tribus nĂłmadas que vivĂan entre los rĂos DniĂ©per y Don, consumĂan leche de yegua fermentada. Hay registros que asocian el descubrimiento del yogur a varios pueblos nĂłmades que viajaban en la zona del CĂĄucaso (entre el mar Negro y el Caspio). Este proceso, inicialmente fortuito, se atribuye al clima y las condiciones ambientales que hay en la regiĂłn, que favorecĂan la proliferaciĂłn de bacterias beneficiosas.
Los tracios, gracias a sus numerosos rebaños, consumĂan el "prokish" (ĐżŃĐŸĐșĐžŃ en bĂșlgaro), un producto lĂĄcteo que se obtenĂa mezclando leche fermentada con leche reciĂ©n hervida, segĂșn el libro "GeĂłrgicas" (ĐłĐ”ĐŸŃгОĐșĐž en bĂșlgaro) del poeta romano Publio Vergilio MarĂłn. AllĂ escribe sobre la tribu tracia Bizalti, que habitaba los actuales Shumen, Targovishte y Varna, y quienes bebĂan "yogur mezclado con sangre de caballo" (ĐșĐžŃĐ”Đ»ĐŸ ĐŒĐ»ŃĐșĐŸ, ŃĐŒĐ”ŃĐ”ĐœĐŸ Ń ĐșĐŸĐœŃĐșа ĐșŃŃĐČ en bĂșlgaro). Los protobĂșlgaros, en tiempos cuando vivĂan en las estepas del sur de Rusia y en el curso inferior del rĂo Volga, tenĂan grandes rebaños de caballos para fines militares. Ellos utilizaban la leche de las yeguas como alimento y la introducĂan en bolsas de cuero hechas con estĂłmagos. El plato "kumis" (ĐșŃĐŒĐžŃ en bĂșlgaro) les servĂa como alimento bĂĄsico durante las campañas militares. Los eslavos comĂan "sura" (ŃŃŃа en bĂșlgaro), un producto obtenido colocando yogur en recipientes de madera en verano y consumiĂ©ndolo en invierno licuĂĄndolo con agua para beber.
Muchos siglos mĂĄs adelante, a principios del siglo XX, el bacteriĂłlogo bĂșlgaro Stamen Grigorov identificĂł la bacteria Lactobacillus bulgaricus, una de las claves del proceso de fermentaciĂłn del yogur. Este microorganismo, junto con el Streptococcus thermophilus, es responsable del sabor y la textura Ășnicos del yogur bĂșlgaro.