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El festival de Zheravna: Vestidos, música, y bailes tradicionales

  • Foto del escritor: Luis Vera-Tudela
    Luis Vera-Tudela
  • 24 ene 2024
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 18 ene

Visitar Zheravna (Жеравна en búlgaro) durante los tres días del festival produce la sensación de viajar al pasado, pues no se permite tecnología moderna en el pueblo. Miles de búlgaros (más de 25 mil en 2023 según los organizadores) comparten el festival vestidos en trajes típicos, escuchando música en vivo, degustando comida local, y compartiendo bailes folclóricos. Realmente da la sensación de haber viajado al pasado. En el pictórico pueblo en las montañas se reúnen miles de personas desde 2008, pero muchos suelen acampar en los campos alrededor del pueblo porque no hay hospedajes para todos. He intentado varias veces reservar algo en el pueblo, pero he tenido que hacerlo en temporada baja. Es impresionante ver la gente ataviada de trajes tradicionales, bailar, cantar y celebrar sin tecnología. Sin cámaras y teléfonos es difícil tener registros del festival.



Zhervana es un pueblo a los pies de los Balcanes en el este de Bulgaria, a poco menos de dos horas desde Veliko Tarnovo, una de las antiguas capitales del país. Un lugar que ha logrado sobrevivir a muchos eventos históricos.


Dice la tradición que los búlgaros venían desde siempre a este lugar por sus fuentes de agua cristalina y por ser una intersección de los caminos más importantes de la región, las rutas que llevan a Tarnovo y Preslav. Ambas ciudades han sido importantes desde que los primeros búlgaros se asentaron en el noreste de su actual territorio.


Hay antiguos restos tracios y romanos en la región. Y muchas historias sobre la opresión otomana y el pasado comunista del país. En 1958, 172 casas de la zona fueron declaradas de valor para museos y desde entonces han sido remodeladas. El festival empezó en 2008 y ha tomado una gran dimensión en los últimos años.



A mis colegas alemanes les suena a Oktoberfest por el aspecto y uso de vestimenta tradicional, pero a mi me parece más auténtico por la ausencia de turistas y el espíritu menos comercial del festival. Los norteamericanos lo asocian a las visitas turisticas en comunidades Amish de Pensilvania; sin embargo, la sensación es muy diferente, el festival es realmente una fiesta.


El hecho que no se use tecnología moderna hace la experiencia más cercana a como debe haberse vivido antes de la revolución industrial. La escenografía, los trajes, la música y los bailes alrededor de una inmensa fogata son impresionantes. Uno siente la energía que tanta gente con buena predisposición trae al lugar. La gente celebra el recuerdo de una época con un espiritu romántico y de añoranza. Los trajes son regionales y cada uno va con el que más le guste o el de su región, pero a mi me parece un acuerdo tácito, los trajes pertenecen a la etapa de esplendor búlgara durante su renacimiento y antes de lograr su independencia del imperio Otomano. Es un festival bastante sano, uno ve jóvenes y mayores tanto como familias que participan al completo y shows en vivo de muy buena calidad, como el que vídeo abajo.








 
 
 

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