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La semana santa ortodoxa en Bulgaria

  • Foto del escritor: Luis Vera-Tudela
    Luis Vera-Tudela
  • 5 ago
  • 4 Min. de lectura

La semana santa (Великденски празници, Velikdenski praznitsi en búlgaro) es la celebración religiosa cristiana ortodoxa de mayor importancia, y la forma de celebrarse en Bulgaria es un poco diferente a la tradición católica. La más obvia, es el uso de diferentes fechas. La iglesia ortodoxa búlgara usa el calendario Juliano, los católicos usan el Gregoriano. Esa es la versión corta, la larga sigue a continuación.

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En general, la iglesia ortodoxa sigue su propio calendario litúrgico, y tiene dos tipos de celebraciones: las que usan fechas fijas, y aquellas que son móviles. La semana santa es la más importante de las fiestas móviles y la fecha de Pascua sirve de referencia para otras. Las que usan fechas fijas dependen del inicio de las celebraciones en la tradición ortodoxa, que es el primero de septiembre.


Las diferencias de fecha para celebrar la Pascua, entre las iglesias cristianas, dependen de la interpretación y del calendario usado de referencia. El cálculo de fechas para celebraciones móviles se se basa en los ciclos lunares, y la fecha es determinada por la luna llena posterior al equinoccio de primavera en el hemisferio norte. Si ya estás confundido, no estás solo. En la edad media aparecieron los primeros cálculos formales impuestos por la iglesia cristiana, pues había mucha confusión entre los grupos cristianos. Cada grupo tenía su astrónomo de preferencia y seguía hasta entonces su propio cálculo. Pero eso no era lo único que las separaba.


El Concilio de Nicea fue la primera reunión de obispos cristianos. Se hizo para decidir sobre temas religiosos, porque a todo el anterior caos de las fechas se unía la interpretación de las escrituras. Este Concilio de Nicea ccurrió en el año 325 d.C., y allí se impusieron algunas líneas generales. Un punto fácil fue decidir que la Pascua sea siempre en domingo, pues fue el día que resucitó Jesús según las escrituras. Otro tema, algo más de política religiosa, fue asegurarse que no coincida con una celebración judía. Algo más complicado fue convencer a todos los grupos cristianos de adoptar el calendario Juliano como referencia (el impuesto por Julio César en el 46 a.C.).


Pero ni creas que allí se acaba la historia. No se acabaron los problemas una vez adoptado el calendario Juliano. Este calendario sobreestima la duración del año en 11 minutos, y por ellos no está sincronizado con el año solar. Este desfase se fue haciendo más grande con el tiempo y trajo nuevos problemas. El papa Gregorio XIII propuso en 1582 un nuevo calendario, el Gregoriano, pues andaba preocupado por la desviación en fechas y la vuelta al caos anterior. Muy creativos los nombres por cierto.


Pero todavía no acabamos. El papa Gregorio XIII no tenía mucho arraigo en la iglesia ortodoxa, a pesar de sus esfuerzos por reformar la iglesia de occidente y de seguir lo decidido en el Concilio de Trento. El gran cisma de 1054 ya había dividido a los cristianos de occidente y oriente, tras muchos años de diferencias de interpretacional doctrinal y de política. Así que esta modificación, aunque válida, se implementó sólo en las iglesisas de occidente. Para poner más color al asunto, algunas iglesias ortodoxas siguen el calendario Juliano, mientras que otras usan el Juliano adaptado, un compromiso entre ellas. Esto hace por ejemplo que la navidad se celebre el 25 de diciembre en Bulgaria, pero el 6 de enero en Rusia. Esto hace que las iglesias ortodoxas tengan mucho pero no todo en común.


Aunque comparte raíces comunes con la Pascua católica, las fechas, rituales y simbolismos tienen particularidades que reflejan siglos de espiritualidad ortodoxa, tradición local y conexión comunitaria.


Como en el resto de las tradiciones cristianas, la semana santa empieza con el domingo de Ramos (Цветница, Tsvetnitsa en búlgaro). Este día, las iglesias se llenan de fieles que portan ramos de palma y sauce para su bendición. La participación familiar es casi obligatoria, con niños exhibiendo sus ramitos decorados, y se evoca la entrada de Jesús en Jerusalén. Es un eco universal de la narrativa pascual, aunque lleve una estética y un simbolismo propios de la tradición eslava y balcánica.


La diferencia más llamativa es el acto de pintar y decorar los huevos de pascua. Es la que más me divierte, y la que se ha convertido en un rito familiar. En casa nunca nos quedan tan bonitos como en las fotos. Pero siempre lo intentamos. Yo percibo esta dedicación al detalle en la decoración de los huevos pascuales tiene algo que ver con la fuerte cultura artesanal popular búlgara.

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La tradición de pintar huevos se lleva a cabo el jueves o el viernes de semana santa. Es un disfrute enorme para los más jóvenes de las familias y una celebración viva, que se lleva a cabo en todas partes. El primer huevo se pinta completamente de rojo y se usa para desear salud y prosperidad. Ese huevo rojo se frota en forma de cruz en las frentes de cada miembro de la familia. Se llenan unas vasijas de agua con pinturas naturales y se usa cera de velas para decorar los huevos.


El viernes santo, al igual que en la tradición occidental, se vive como un día de profunda reflexión y ayuno. Mucha gente que conocemos mantienne algún tipo de abstinencia durante la cuaresma, aunque no sea directamente de carne como marca la tradición. El viernes suele incluir comidas sencillas. Es un período de introspección, una preparación espiritual para la culminación de la Pasión.


En la noche del sábado santo, las iglesias se congregan para el servicio da inicio alrededor de las 23:00 horas. Los fieles asisten con sus huevos de pascua y velas. A la medianoche, en un gesto de profunda significación, las luces del templo se atenúan y el sacerdote emerge con una vela encendida, con la que se enciende las velas de los fieles. El ritual simboliza la resurrección de Cristo y el triunfo de la luz sobre la oscuridad. Sólo lo he vivido una vez, pero recuerdo que fue muy emocionante por las canciones y por el esmero que pusimos en mantener nuestra vela encendida camino a casa.


El domingo de resurrección (Великден, Velikden en búlgaro), es un día de fiesta que debería incluir carne de cordero como plato principal. Pocas veces lo hemos seguido, pero nunca, nunca nos ha faltado el Kozunak (козунак, Kozunak en búlgaro), un pan dulce trenzado similar al brioche. Es Kozunak un clásico de la gastronomía pascual búlgara. Su aroma a vainilla y cítricos nos encanta, y sus variantes, con pasas, frutos secos o chocolate, son las versiones favoritas de los chicos.



 
 
 

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