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El monasterio de Rila: el lugar más sagrado en Bulgaria

  • Foto del escritor: Luis Vera-Tudela
    Luis Vera-Tudela
  • 10 feb 2024
  • 4 Min. de lectura

Actualizado: 6 ene

El monasterio de Rila (Рилски Манастир, Rilski Manastir en búlgaro) es casi un sitio de peregrinaje para los búlgaros y es un patrimonio mundial de la humanidad desde 1983. Fundado en el siglo X por San Juan de Rila (Иван Рилски en búlgaro), está ubicado en una hermosa zona montañosa en el parque nacional de Rila. La escenografía natural, la belleza arquitectónica de los edificios y la importancia histórica lo convierten en un lugar imprescindible para visitar.


Arquitectura del monasterio


El diseño del monasterio, con su fachada neobizantina y su integración en el paisaje, refleja la idea ortodoxa de que la belleza arquitectónica puede elevar el espíritu. Las reliquias de San Juan de Rila, custodiadas en el monasterio, son un símbolo tangible de esta rica herencia. Los frescos y los manuscritos del monasterio reflejan la estrecha relación entre la religión y el arte. Los trabajos de artistas como Zahari Zograf muestran una fusión entre las influencias bizantinas y búlgaras.


El monasterio de Rila está dispuesto como una fortaleza con un patio interior rodeado de altos muros, diseñados para proteger a los monjes y sus tesoros durante las épocas de invasión. Sus dimensiones impresionantes incluyen una superficie aproximada de 8800 m², con muros de hasta 22 metros de altura.


La Iglesia de la Natividad de la Virgen (Църква Рождество Богородично) es el corazón espiritual del monasterio. Su diseño sigue el modelo ortodoxo clásico con una cúpula central y un ábside elevado. La fachada destaca por sus arcos de ladrillos en rojo y blanco y una serie de columnas decorativas que crean un efecto visual de profundidad y dinamismo.


Construida en 1335 por el noble Hrelyu Dragovol, la torre de Hrelyu de cinco pisos es la parte más antigua que aún se conserva del complejo. Originalmente era un refugio para los monjes en caso de ataque. En su interior se encuentra una pequeña capilla, la Iglesia de la Transfiguración, con frescos del siglo XIV. Las celdas de los monjes, las salas de estudio y los corredores se organizan en torno al patio central. Las ventanas con marcos de madera tallada y balcones adornados dan una sensación de apertura y luminosidad. El monasterio cuenta con más de 300 habitaciones, incluyendo una biblioteca y un museo.


Historia del monasterio de Rila


Durante su vida, San Juan de Rila se retiró a las montañas buscando una conexión más profunda con Dios. Su ejemplo atrajo a discípulos que, tras su muerte, establecieron un monasterio en su honor. Este lugar no solo se convirtió en un centro espiritual, sino también en un refugio para preservar la lengua y la cultura búlgara. Actualmente, el monasterio sigue siendo un lugar activo de culto. Las liturgias diarias y las festividades, como la del día de San Juan de Rila (19 de octubre), muestran cómo las tradiciones religiosas siguen vivas en el presente.


En general, los monasterios en las montañas (que hay muchos en Bulgaria) ayudaron a mantener viva la religión ortodoxa y el idioma búlgaro. Durante los casi 500 años de dominación otomana, la religión ortodoxa era tolerada, pero habían grandes restricciones y altos impuestos. Los detalles de las iglesias, cumpliendo restricciones arquitectónicas, nos hacen notar que tenían que pasar desapercibidas. Las alturas de los techos eran bajas, a veces estaban en solares o rodeadas por muros externos, alejados de la vista de los peatones y de aquellos montados a caballos. No es raro ver iglesias sin torres ni campanas originales, las que fueron añadidas posteriormente.


Durante el Renacimiento Nacional Búlgaro, el monasterio se convirtió en un foco de actividad educativa. Muchos textos religiosos y literarios en búlgaro se produjeron o preservaron aquí, reforzando el vínculo entre la religión y la lengua. Abajo un documental sobre el monasterio.



Relación del monasterio con la cultura búlgara


Alejados de miradas inquisitorias, los monasterios y los monjes ayudaron a mantener la visión y cohesión del pueblo búlgaro. En la época del dominio otomano, el monasterio jugó un papel vital en la conservación de la lengua búlgara. Los monjes copiaban manuscritos en el alfabeto cirílico, que había sido desarrollado siglos antes por los santos Cirilo y Metodio (creadores del alfabeto glagolítico, precursor del cirílico). Este esfuerzo fue crucial para mantener viva la identidad nacional durante siglos de opresión.


Uno de los artistas más influyentes de la época, Zahari Zograf pintó muchas de las escenas exteriores y parte del interior de la iglesia. Es famoso por su estilo innovador y por incluir autorretratos en sus obras. Otros pintores contribuyeron a los frescos, como Dimitar y Simeon Molerov, quienes trabajaron en la decoración del monasterio.


En la fachada exterior esté el fresco del Juicio Final, que es una representación impactante del destino de las almas, con figuras demoníacas y angelicales en lucha por las almas. El monasterio tiene hagiografías representando episodios de la vida de Cristo, la Virgen María y diversos santos, incluyendo a San Juan de Rila. Algunas escenas en los murales incluyen elementos folklóricos y representaciones de la vida cotidiana, como campesinos trabajando o paisajes naturales, reflejando la conexión entre la espiritualidad y la vida terrenal.


En general, los frescos son reconocibles, quizás memorables, por el uso de colores vibrantes, especialmente los tonos azules, dorados y rojos. La técnica basada en pigmentos naturales y capas de yeso fresco, ha permitido que se conserven de manera excepcional.


El monasterio y el parque nacional de Rila


Si uno está en Sofía de paseo o por trabajo, es casi obligado dar un paseo por Rila. Un complemento genial es visitar los Siete Lagos de Rila. Un parque natural impresionante con lagos glaciares ubicados a diferentes alturas, y cuya vista panorámica en conjunto es única e indescriptible. Aunque no esten vinculados al monasterio, su proximidad lo convierte en un punto de partida ideal para explorar estas maravillas naturales. Sólo hay que estar atento con la cantidad de turistas en el verano y la variabilidad del tiempo en las montañas.

Desde 1983, el monasterio de Rila es patrimonio cultural de la humanidad. Ubicado a casi dos horas en auto de Sofía, y siendo el sitio un lugar impresionante para hacer senderismo, con rutas que cruzan los montes boscosos, no hay forma de evadir una visita al parque de Rila. La cueva de San Juan de Rila, donde vivió el santo, simboliza el retiro espiritual y la búsqueda de comunión con Dios. La cueva está en una ruta de senderismo popular para los peregrinos. Es importante considerar el esfuerzo, y el clima, si ha de visitarse ambos lugares en un mismo viaje.

 
 
 

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